jueves, 4 de junio de 2015

¿Bailamos?

“¿Bailar?” “Pero si yo soy más de barra” “¿En serio hay que preparar algo?” “Si soy un pato mareado” “Está bien. Pero algo sencillo” “Toda la canción no, son muchos minutos”…

Por mis años de experiencia en el apasionante mundo de bailes de salón y otros ritmos, así como comprobando la estadística de los bailes de novios que he preparado, 1 de cada 5 parejas, deja apartado este gran momento para el final y cuando no queda otro remedio que ponerse a la faena (y eso si no prefieren improvisar).


Sin duda, el primer baile como marido y mujer, es un momento muy especial y vuestra mayor o menor habilidad no debe enturbiarlo. Y para ello, vamos a demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de mover partes del cuerpo que desconocíamos y sorprender a nuestros invitados. ¡Seréis la envidia!

¡Primera tarea pareja! : elección de la canción, de VUESTRA CANCIÓN. Tal vez la tengáis más que clara o que por otro lado, la inseguridad de enfrentaros al baile no os deje pensar con claridad. Reflexionad en esa canción que hace que te olvides de todo y de todos, que su letra y su melodía logran que te relajes para empezar a bailar.

¿Vals? Vals y lo que quieras. ¡Vale todo! Pero vale más si es elegida por los dos y adquiere el significado que se merece.
Preciosas bandas sonoras, cantantes románticos, canciones de hace unas cuantas décadas o ritmos salseros… ¿empezáis a marcar el ritmo con el pie? Entonces ¡vamos por buen camino!


Segunda tarea: una vez seleccionado vuestro tema musical, valoraréis vuestra disponibilidad, tiempo y esfuerzo en dedicar a preparar una coreografía.

Sean cuales sean vuestras condiciones, lo más importante es conseguir una buena coordinación con nuestra pareja, que nos sintamos seguros con lo que hacemos y disfrutemos.

Cuanto mayor número de repeticiones, más fluído y natural quedará y hasta sonreiréis y quedarán atrás esas caras tensas de los inicios.

Vosotros, mejor que nadie, sabéis hasta dónde queréis llegar.


Tercera tarea: durante meses, días u horas, los ensayos se visten de unos vaqueros cómodos y unas zapatillas muy amoldadas a nuestros pies.

Será más que conveniente que practiquéis con los zapatos que luciréis el gran día, porque una rozadura que te impidiera moverte como solo tú sabes, sería imperdonable.

Y para vosotras, mis novias, un bonito zapato de varios centímetros de tacón y un vestido largo, con su volumen, su cancán, sus capas, su peso… una tarea nada fácil pero no imposible. Si lo consigues, te lucirás como nunca.

A la hora de elegir la canción, tú conoces el mejor secreto de una novia y por eso, considera si va a ser posible moverte sin grandes dificultades.

Con los zapatos puedes hacer ese cambio que te hará sentir más en la tierra y bailar, bailar, bailar....



Bailar, como muchas cosas en la vida, requiere tiempo y sacrificio, pero, ¿cuántas parejas comenzaron a bailar gracias a su boda y fue el principio de muchos bailes?
Solo es cuestión de probar y ya me contaréis.

Reid, sed cómplices de vuestro secreto, dejaros llevar y disfrutad mucho.

¡Que comience la gran fiesta y… a BAILAR!


Las cosas bonitas se dejan para el final… por algo será…